Written by Roberto Murillo |
Recuerdo que hacen algo más de veinte años mi hijo me preguntaba, “¿papá ese señor es el nuevo papá de Linito?”. Era un señor que llegaba a la casa de nuestros vecinos en donde la infidelidad había roto un hermoso matrimonio. Me quedé mudo. No sabía cómo responder a esa pregunta para la que nadie nos prepara para contestar. Era un padre novato arrinconado por las preguntas inocentes de su primer hijo. En esta encrucijada se encuentran diariamente miles de padres en el mundo y muy especialmente en nuestros países de Latinoamérica. Todo debido a una sociedad que ha ido reemplazando los valores morales a un grado que distorsiona la realidad en que nos educaron y quisiéramos ver crecer a nuestros hijos. ¿Cómo le explicas a tu hijo de cuatro o cinco años que la mamá de su amiguito se ‘consiguió’ otro esposo que ahora sería su padrastro?... ... Como si fuera poco, hay que estar preparados para la inevitable pregunta de los niños curiosos como Eduardito… “¿y porqué?”. Explicar lo que hacemos es una cosa. Pero explicar porqué lo hacemos ya es ¡tema de doctorado! Cada día se nos cierra el cerco de la falta de honestidad, la inmoralidad, y la indecencia, dejando poco o ningún espacio para la vida familiar sana y santa. Ser honesto, correcto o religioso es más bien visto como defecto que como virtud. Ser bueno ya no es la regla sino la excepción. ¿Qué podemos hacer ante tan abrumante realidad? ¿Cuánta gente crees tu que se de cuenta de lo que está pasando? ¿Que tan mal están las cosas? Si te haces de dinero con negocios deshonestos ya no eres un ladrón, solo eres más ‘vivo’. Si le pones los cuernos a tu pareja no eres un adultero, solo 'echas unas canas al aire como cualquiera'. Si te pegas una buena borrachera, no eres un ebrio, solo ‘un tipo alegre que si sabe divertirse’. Hoy las niñas conceden su virginidad como ‘prueba de amor’ a su novio antes del matrimonio. Los padres dan preservativos y anticonceptivos a sus hijos para que 'no se metan en problemas'. No entiendo cómo no nos damos cuenta que TODO ESTA AL REVES. Ante esta triste realidad queda la esperanza de la oración y el trabajo de evangelización juvenil y familiar. Creemos conciencia en nuestras familias primero mediante el ejemplo, la comunicación y la oración en familia. Consolidemos el núcleo familiar para podernos proyectar y ayudar a rescatar nuestra sociedad. Debemos rescatar los verdaderos valores y virtudes que están en peligro de extinción. Roguemos al Todopoderoso para que nos ilumine y nos de la fuerza y el entusiasmo para trabajar en esta tarea. |
Written by Roberto Murillo |
Recuerdo que hacen algo más de veinte años mi hijo me preguntaba, “¿papá ese señor es el nuevo papá de Linito?”. Era un señor que llegaba a la casa de nuestros vecinos en donde la infidelidad había roto un hermoso matrimonio. Me quedé mudo. No sabía cómo responder a esa pregunta para la que nadie nos prepara para contestar. Era un padre novato arrinconado por las preguntas inocentes de su primer hijo. En esta encrucijada se encuentran diariamente miles de padres en el mundo y muy especialmente en nuestros países de Latinoamérica. Todo debido a una sociedad que ha ido reemplazando los valores morales a un grado que distorsiona la realidad en que nos educaron y quisiéramos ver crecer a nuestros hijos. ¿Cómo le explicas a tu hijo de cuatro o cinco años que la mamá de su amiguito se ‘consiguió’ otro esposo que ahora sería su padrastro?... ... Como si fuera poco, hay que estar preparados para la inevitable pregunta de los niños curiosos como Eduardito… “¿y porqué?”. Explicar lo que hacemos es una cosa. Pero explicar porqué lo hacemos ya es ¡tema de doctorado! Cada día se nos cierra el cerco de la falta de honestidad, la inmoralidad, y la indecencia, dejando poco o ningún espacio para la vida familiar sana y santa. Ser honesto, correcto o religioso es más bien visto como defecto que como virtud. Ser bueno ya no es la regla sino la excepción. ¿Qué podemos hacer ante tan abrumante realidad? ¿Cuánta gente crees tu que se de cuenta de lo que está pasando? ¿Que tan mal están las cosas? Si te haces de dinero con negocios deshonestos ya no eres un ladrón, solo eres más ‘vivo’. Si le pones los cuernos a tu pareja no eres un adultero, solo 'echas unas canas al aire como cualquiera'. Si te pegas una buena borrachera, no eres un ebrio, solo ‘un tipo alegre que si sabe divertirse’. Hoy las niñas conceden su virginidad como ‘prueba de amor’ a su novio antes del matrimonio. Los padres dan preservativos y anticonceptivos a sus hijos para que 'no se metan en problemas'. No entiendo cómo no nos damos cuenta que TODO ESTA AL REVES. Ante esta triste realidad queda la esperanza de la oración y el trabajo de evangelización juvenil y familiar. Creemos conciencia en nuestras familias primero mediante el ejemplo, la comunicación y la oración en familia. Consolidemos el núcleo familiar para podernos proyectar y ayudar a rescatar nuestra sociedad. Debemos rescatar los verdaderos valores y virtudes que están en peligro de extinción. Roguemos al Todopoderoso para que nos ilumine y nos de la fuerza y el entusiasmo para trabajar en esta tarea. |
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Recuerdo que hacen algo más de veinte años mi hijo me preguntaba, “¿papá ese señor es el nuevo papá de Linito?”. Era un señor que llegaba a la casa de nuestros vecinos en donde la infidelidad había roto un hermoso matrimonio. Me quedé mudo. No sabía cómo responder a esa pregunta para la que nadie nos prepara para contestar. Era un padre novato arrinconado por las preguntas inocentes de su primer hijo. En esta encrucijada se encuentran diariamente miles de padres en el mundo y muy especialmente en nuestros países de Latinoamérica. Todo debido a una sociedad que ha ido reemplazando los valores morales a un grado que distorsiona la realidad en que nos educaron y quisiéramos ver crecer a nuestros hijos. ¿Cómo le explicas a tu hijo de cuatro o cinco años que la mamá de su amiguito se ‘consiguió’ otro esposo que ahora sería su padrastro?... ... Como si fuera poco, hay que estar preparados para la inevitable pregunta de los niños curiosos como Eduardito… “¿y porqué?”. Explicar lo que hacemos es una cosa. Pero explicar porqué lo hacemos ya es ¡tema de doctorado! Cada día se nos cierra el cerco de la falta de honestidad, la inmoralidad, y la indecencia, dejando poco o ningún espacio para la vida familiar sana y santa. Ser honesto, correcto o religioso es más bien visto como defecto que como virtud. Ser bueno ya no es la regla sino la excepción. ¿Qué podemos hacer ante tan abrumante realidad? ¿Cuánta gente crees tu que se de cuenta de lo que está pasando? ¿Que tan mal están las cosas? Si te haces de dinero con negocios deshonestos ya no eres un ladrón, solo eres más ‘vivo’. Si le pones los cuernos a tu pareja no eres un adultero, solo 'echas unas canas al aire como cualquiera'. Si te pegas una buena borrachera, no eres un ebrio, solo ‘un tipo alegre que si sabe divertirse’. Hoy las niñas conceden su virginidad como ‘prueba de amor’ a su novio antes del matrimonio. Los padres dan preservativos y anticonceptivos a sus hijos para que 'no se metan en problemas'. No entiendo cómo no nos damos cuenta que TODO ESTA AL REVES. Ante esta triste realidad queda la esperanza de la oración y el trabajo de evangelización juvenil y familiar. Creemos conciencia en nuestras familias primero mediante el ejemplo, la comunicación y la oración en familia. Consolidemos el núcleo familiar para podernos proyectar y ayudar a rescatar nuestra sociedad. Debemos rescatar los verdaderos valores y virtudes que están en peligro de extinción. Roguemos al Todopoderoso para que nos ilumine y nos de la fuerza y el entusiasmo para trabajar en esta tarea. |
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